jueves, 7 de agosto de 2014

Geishas del Siglo XXI

Carla Mila



Como veías nuestro viaje a Japón viene cargado de muchos post que esperamos os agraden. Y como no, las geishas son un símbolo.

Las polémicas geishas niponas siempre han sido un gran enigma para nuestra mirada occidental, pero por lo que conocemos, pueden ser las antecesoras de nuestras escorts actuales.





La realidad es que las geishas estén desapareciendo poco a poco, no deja de manifestar la evolución de la sociedad japonesa. Y ya no se ven por las calles.
De hecho hemos asistido como muchos turistas, cámara en mano, han intentado fotografiarlas como si de un safari se tratara.

Destacar que a mitad del siglo pasado se contabilizaron un total de 80.000 y en la actualidad no pasan de 1.000.

Sin embargo nunca ha sido del todo definida su misión en la sociedad japonesa, lo que si queda claro cual era su educación para llegar a ser la mujer perfecta para brindar la más exquisita compañía a sus clientes. Algo que ya en principio podemos comparar con las acompañantes de lujo o escorts que todos conocemos.

Tradicionalmente la educación de las geishas comenzaba a la temprana edad de los ocho años, donde eran adoptadas en lugares donde se les empezaba a enseñar todo tipo de artes para el entretenimiento de sus futuros clientes. De esta manera la música, el baile y la narrativa eran sus primeras asignaturas para poder complacer a los hombres que acudían a contratar sus servicios.
En definitiva, se les enseñaba de una manera muy rígida las más exquisitas normas de comportamiento, ya que sus clientes de antaño, eran hombres aburridos de las conversaciones de las cortesanas de la época.




Al igual que las escorts, las perfectas acompañantes de alto standing niponas, sabían comportarse de la mejor manera ante situaciones donde se reclamaba su presencia. Desde cenas o fiestas normalmente en casas de té, hasta salidas misteriosas con clientes a lugares de encuentro.

La manera de “contabilizar” el tiempo que las jóvenes estaban con sus clientes, era muy curiosa. Los hombres que requerían sus servicios contactaban con ellas por medio de una especie de sindicato, lo que más o menos nos recuerda a las agencias de escorts  o chicas de compañía actuales. Cuando la geisha se reunía con aquel que había contratado sus servicios, se encendía un palito de incienso, llamado también palo de incienso tarifario, y cuando se consumía el incienso, el hombre debía abandonar la compañía de la geisha.

Ahora es el reloj quien manda, y las tarifas son claras y precisas.
En el mundo escort, todo se pacta previamente, una cena, un viaje, o un encuentro más íntimo.

Fuera de Japón siempre ha habido cierta controversia sobre el papel sexual que la geishas desempeñaban. Siempre se ha defendido desde el país nipón que estas mujeres vendieran su cuerpo, y que no tuvieran ningún tipo de relaciones sexuales con sus clientes.  Pero poco a poco vamos conociendo que la mayoría de ellas también se convirtieron en una aplicadas amantes y que en la mayoría de los casos tenían algún cliente con el que si mantenían una secreta relación sexual a cambio de una especie de dote vitalicia.

Como vemos las similitudes entre las perfectas acompañantes japonesas y nuestras escorts son múltiples.

¿La base? Educación, formación, idiomas, saber estar, perfectas acompañantes, y sobre todo, mejores amantes.

Destacar que el hermetismo sobre el mundo de las geishas es muy grande, incluso la polémica que se levantó ante el estreno de la película “Memorias de una geisha” por parte de la sociedad japonesa, desveló que cualquier interpretación occidental del papel de estas mujeres era erróneo.

Si podemos aseverar es que si hubo antes de las escorts una referencia importante, tenemos que dirigir nuestra mirada al Japón más secreto.

Hoy en día, páginas como la nuestra muestras y aclaran el papel de las escorts sin secreto alguno.









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